viernes, 28 de diciembre de 2018

Compañías insospechadas

—Desde que llegaste a esta casa me tienen arrinconada.

—Qué quieres, la gente tiene ahora nuevas aspiraciones.

—Ya, pero reconoce… ¡Si estás aquí, es por enchufe!

—Chica, ponte las pilas y verás cómo todo cambia.


Cuando abrí las puertas del armario escobero, las voces callaron. No me atrevo a cerrarlo.

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miércoles, 19 de diciembre de 2018

Los chicos del carrito


“Loren, date prisa. Tenemos muchos contenedores para revisar antes de que pase el camión”,  dice Matías tirando del carrito con una mano y blandiendo el gancho con la otra.
Loren, calándose la raída visera, echa una mirada furtiva a una habitación iluminada. Entre sus paredes quedaron muchos sueños por cumplir.


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Escrito por Juana Igarreta para 


viernes, 14 de diciembre de 2018

Un taco a punto del desacato



Tras sacarme de la bolsita, me introdujeron en un ajustado agujero. Completamente hundido, sentí cómo una punta de acero perforaba, con insistentes vueltas de rosca, mi virginal alma de plástico. ¡Hasta cuándo tendría que soportar aquella escarpia alojada en mis entrañas! Entonces escuché al señor Fischer: "Mis tacos aguantan siempre".

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lunes, 19 de noviembre de 2018

Disciplina espartana



Una vez más, Miguel secaba al sol su colchón mojado. Algunos tutores se reían cínicamente. Sería la última vez.

Cuando Miguel desapareció, lamentaron su excesiva melancolía y aquella maldita costumbre de aventurarse entre los acantilados. Todas las sospechas apuntaban hacia el mar, pero Miguel había puesto tierra de por medio.

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Escrito por Javier Igarreta para 

Fáustico



Desesperado, amargado, abandonado y abrumado por adjetivos de tal funesta ralea, quiso vender su alma al diablo, pero no encontró ningún comprador de tan rancio abolengo. Un vendedor de humo le prometió resurgir de las cenizas, pero, en la hoguera de las vanidades, las promesas siempre devienen en fuegos fatuos.








Neneptuno



Sus hazañas no conocen límite. Cuando surca raudo las aguas sobre sus caballos blancos, las olas, reverenciales, encogen sus crestas.

De pronto, una mano decidida arranca el tapón de la bañera, y el pequeño apenas consigue conservar del rey de los mares un poco de furia apretada entre los dientes.

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lunes, 8 de octubre de 2018

Secretos acuosos

Sandra entregó a un laboratorio puntero las lágrimas de sus últimos llantos. Se las devolvieron etiquetadas: "Decepción", "dolor", "soledad", "rabia".

Cuando Marcos murió inesperadamente, esperó a que todos se fueran y lloró ante su tumba. Esta vez evitó guardar muestras para analizar. Si trascendían los resultados, podrían ponerla bajo sospecha.





Relato ganador del mes de septiembre en

miércoles, 3 de octubre de 2018

Deus ex machina



Aunque era fin de semana, "Él", creativo por excelencia, estaba como siempre en vena. Tras una intensa jornada, recompuso su figura, esbozó su mejor sonrisa y disparó. No fue como en el "Big Bang", pero salió un selfie divino. "Él", con barba blanca, su único hijo y una paloma ensimismada.


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La inesperada presencia de una llorada ausencia



Hoy la familia celebra una fiesta en el viejo salón. Es la primera vez que se juntan desde que ella falta.

Un certero rayo de sol impacta sobre la enmudecida caja musical, arrancando esa dulce melodía que ella siempre tarareaba. Y conforme se estremecen los corazones, se apagan las voces.

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domingo, 19 de agosto de 2018

Una sombra a falta de luz



Poco tiempo llevaba Mirentxu en la casa cuando, ante el continuo descontento de la señora con el resultado de las coladas, tuvo que comentarle lo de Aritz, el niño cojito de los vecinos. La cara que puso doña Palmira fue la de alguien que observa revolotear una mariposa del tamaño de un elefante. Y conforme la muchacha le siguió contando que el rapazuelo brincaba sobre su única pierna como si esta poseyera un potente resorte, enredándose entre las sábanas hasta conseguir desprenderlas de las pinzas, Palmira continuó mirándola de hito en hito; y diríase que en su boca se agolpaban y morían las palabras sin ser pronunciadas, como si ninguna de ellas fuera capaz de transmitir con rigor el asombro del que la señora se hallaba presa. Lívida ante semejante noticia, no pudo impedir que el periódico resbalara de sus temblorosas manos. Mirentxu se agachó a recoger el ejemplar de la prensa local, en el que, abierto en la sección de “Casos sin resolver”, podía leerse: “Hoy, 10 de octubre, se cumplen 15 años de la desaparición de Aritz Olaizola, el niño de Lekuondo que nacido con una sola pierna…”

Foto de Cristina García Rodero



Las vecinas del tercero



Elena, alegre y exuberante pelirroja, ocupaba el tercero derecha y trabajaba de noche. María, una morena sencilla y discreta que vivía en el tercero izquierda,  estaba cobrando el paro.

Cuando los policías hallaron muerta a María en extrañas circunstancias, declararon sospechosos a todos los vecinos. A todos menos a Elena.



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Imperativo categórico


Tras varios meses "sine linea", la pluma se alojó entre sus dedos como un huésped apremiante y redactó mecánicamente aquella fatal misiva, dirigida "a quien corresponda". Después leyó detenidamente lo escrito de su puño y letra y, no teniendo nada que objetar, estampó su firma del calibre treinta y ocho.



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sábado, 4 de agosto de 2018

Madre esperanza



Mientras otros niños del sempiterno campamento juegan a la guerra con proyectiles de lodo, los  ojos de Nasim migran incansables de mujer en mujer. Sus oídos escudriñan el griterío; tal vez, en ese mar de voces logre escuchar la que anhela, y que ya no recuerda, llamándolo por su nombre.


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miércoles, 1 de agosto de 2018

Excluidos


Las palabras organizaron una gran fiesta. No invitaron al silencio pensando que él nada tenía que decir. Este, al enterarse, irrumpió en la sala haciendo gala de su gran manto, y las palabras, atónitas, enmudecieron. Después, satisfecho de su elocuencia, salió sigiloso. A lo lejos, vislumbró a su amiga soledad.


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Escrito por Juana Mª Igarreta para 


Cuaderno de bitácora

Por primera vez, el segundo de a bordo, temeroso ante la sorda amenaza de un tercero en discordia, comenzó a creer en la cuarta dimensión. Sobre todo cuando la "Quinta de Beethoven", hacia la sexta hora de travesía, anticipó el abordaje de aquella séptima ola que trajo al octavo pasajero.

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Escrito por Javier Igarreta para 


sábado, 21 de julio de 2018

Traduttore traditore



Mantenían una relación compleja, pero el envarado escritor nórdico nunca imaginó que la sangre llegaría al fiordo. Un pequeño matiz fue suficiente para transformar al envidioso traductor en su “asesino a sueldo”. Cuando adivinó,  entre líneas,  aquel mensaje subliminal, convertirlo en móvil sólo fue un exagerado tic de deformación profesional.

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Escrito por Javier Igarreta para 




miércoles, 4 de julio de 2018

El benefactor

Llamó a mi puerta una gélida mañana. Nos entendimos enseguida sin necesidad de palabras. Ella necesitaba un techo y comida. Yo, después de la desaparición de Nadia, estaba solo. ¿Por qué no volver a intentarlo una vez más?
Al principio, me alegró constatar que aprendía rápido. En pocos días tenía muy claro que en mi casa las cosas caras y las caricias eran directamente proporcionales. Pero ese júbilo pronto se tornó sospecha y me dispuse a vigilarla. La pillé con el diccionario abierto en la página de “socorro”. Recordé las palabras de mi madre: “No te puedes fiar de esas chicas del este, son todas iguales”.



Lleva días llorando, pero dudo de que su arrepentimiento sea sincero. Como vengo haciendo últimamente con cada una de mis protegidas, he llevado una muestra de sus lágrimas al laboratorio. Los resultados suelen ser infalibles. Espero que esta vez, después de tantas decepciones, esos incesantes mohínes de aparente aflicción con los que intenta ablandar mi dadivoso corazón, hagan honor a su nombre, “Verania”. En caso contrario, deberé contar de nuevo con la ayuda de mi abnegada madre. Tras la mirada de unos implorantes ojos claros pueden agazaparse las más oscuras intenciones.

Foto de Annie Leibovitz

Participación en Esta noche te cuento-foto de Annie Leibovitz







viernes, 29 de junio de 2018

Vidas paralelas



Sólo supieron de su doble vida cuando la perdió. Un amigo en común las presentó en el depósito. Lo siento, dijo encarna, con cara de circunstancias. La viuda miró al finado como si quisiera rematarlo. Después, el tiempo caprichoso hizo de las suyas. Y ellas tan sólo se dejaron querer.

Algunos finales nos regalan principios



Rodeada de una larga familia que llora, esconde sus resecos ojos bajo sus ajadas manos. Hasta ayer era una constante y solitaria  fuente de lágrimas. Educada en maquillar la tristeza, ha vivido años parapetada tras las falsas paredes de la apariencia. Hoy, respira agradecida celebrando su recién estrenada libertad.

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Escrito por Juana Igarreta para 




domingo, 27 de mayo de 2018

Muerto de miedo



El miedo, seguro de su ancestral supremacía, aguardaba silencioso en los rincones oscuros del viejo caserón. Pero el intrépido vagabundo, en actitud desafiante y candil en mano, desveló su guarida de polvo y telarañas. Cuando escuchó a sus espaldas aquel angustioso estertor, su corazón latió aceleradamente. Y después se paró.

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Cumpleaños


Al cumplir los doce le regalaron ese barco pirata que siempre había soñado. Para entonces su corazón y el de Alazne latían acordes.

Cerrando los ojos sopló las velas con toda su alma y, al abrirlos, contempló cómo la nave se alejaba veloz, perdiéndose en el mar de su infancia.


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jueves, 12 de abril de 2018

Las memorias de don Matías

Don Matías, un rico y solitario octogenario,  contrató a Lucía para que tomara nota de sus memorias. Quería contar al mundo su apasionante vida acontecida en diferentes países de Oriente. La joven permanecería junto al anciano hasta que este relatase el último capítulo de sus vivencias.

Día a día,  mientras don Matías reverdecía emociones con cada recuerdo, Lucía modelaba sueños en el horizonte de su futuro.

Una mañana, llamó a la puerta un vendedor de alfombras tocado con turbante. La muchacha, contagiada por el embrujo de las historias del este, se vio irremediablemente atrapada bajo la turbadora mirada de ojos profundos como pozos del apuesto mercader. Él, avezado en artes amatorias, percibiendo el candor y la inexperiencia de ella, le sugirió que eligiese una de sus alcatifas. Se la regalaría a cambio de que le permitiera conocerla. Lucía, aceptando la oferta, escogió un modelo decorado con una criatura marina de larga y escamosa cola. Cuando el anciano se hubiera dormido, ella colgaría la alfombra del alfeizar de la ventana.

Al día siguiente, entre bostezo y bostezo, preguntó Lucía a don Matías:

—¿Cuántos días quedarán para finalizar sus memorias?
—Tantos como noches necesites para disfrutar de tu nueva alfombra  -contestó él.

Fotografía de Rene Maltete


Mi propuesta para Esta noche te cuento

 

domingo, 8 de abril de 2018

Souvenir


Irrumpiste en mis sueños
cuando regresé de Praga,
ahora habitas mis desvelos
con tu afán de cucaracha.


Escudriñas mis recuerdos,
fisgoneas en mis traumas
y, de noche, casi siento
que merodeas mi cama.


Consulté con curanderos
y con pastores de almas.
Acudiré a mi librero,
él tiene línea con Kafka.


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La venganza inconsciente de Irene


Imelda ha encontrado bajo su almohada una cajita de bombones. Sospecha de Julián, que la persigue renqueante con su andador por los pasillos de la residencia.

Irene no recuerda que ayer le trajeron bombones. Y tampoco que el andador que acaba de esconder en su habitación es el de Julián.


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Escrito por Juana Igarreta para 


lunes, 5 de marzo de 2018

El regusto amargo de las calabazas



Hacer una fiesta de Halloween aislados del mundo es arriesgado. ¿Quién iba a pensar que algún fantasma nos iba a encerrar, largándose después con las llaves? Seguro que fue tu marido, que propuso entrar sin teléfonos móviles en esta casa abandonada. Nunca le gustaron los asuntos de calabazas. Doy fe.

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In illo tempore



En las mañanas de invierno, la capilla del internado era un auténtico páramo y los jóvenes postulantes,  siguiendo las recomendaciones del prefecto, intentaban transformar su fervor espiritual en calor corporal. Entretanto, los piadosos frailes, parapetados al fondo del oratorio y flanqueados por estufas de gas, meditaban recogidos en místico duermevela.

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viernes, 26 de enero de 2018

A las cinco, café con pastas

El sábado que Osman inauguró el restaurante, invitó a los vecinos a tomar café con pastas. Y puntuales acudieron a la cita de las cinco, incluida  doña Remigia, la octogenaria del tercero, a pesar de que “el turco” no era santo de su devoción.

Osman se lo había currado. Él mismo se encargó de elaborar las tarjetas que anunciaban la apertura del local, para luego depositarlas en los correspondientes buzones. Además convenció a Urko, con quien había entablado amistad hacía poco tiempo, para que se vistiera de payaso y amenizara un poco la tarde. Después de la actuación, seguro que serían muchas las monedas tintineando en su sombrero.

Urko fue alternando los números que mejor se le daban. Pero las risas que consiguió arrancar en un principio, al tiempo que la gente le daba la espalda, pronto enmudecieron.

¿Habrían reconocido bajo aquel raído disfraz y aquella voz distorsionada al viejo cerrajero? ¿Sería capaz de retener a los vecinos de Osman el tiempo suficiente para que su “socio” terminara el trabajo puerta a puerta?

Lo sentía por Osman, que era un buen muchacho. Pero ¿un parado de larga duración puede vivir de hacer el payaso?


Fotografía de Thomas Höpker