sábado, 4 de agosto de 2018

Madre esperanza



Mientras otros niños del sempiterno campamento juegan a la guerra con proyectiles de lodo, los  ojos de Nasim migran incansables de mujer en mujer. Sus oídos escudriñan el griterío; tal vez, en ese mar de voces logre escuchar la que anhela, y que ya no recuerda, llamándolo por su nombre.


foto de Internet






1 comentario:

  1. ¿Quién puede asegurar que, de escucharlo, sabrá reconocer las palabras?

    Saludos,

    J.

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