miércoles, 23 de marzo de 2016

Palabras extrañas en la noche



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Las palabras que ha aprendido por la noche Marta,mi compañera de clase, son siempre muy extrañas. Me las susurra al oído cada día en el recreo y juntos intentamos adivinar su significado. A ella le parecían palabras soñadas, pero la otra noche las escuchó también despierta. Era una noche de luna llena y, por un momento, creyó que era la misma luna quien hablaba jadeante presa de alguna extraña excitación. Luego, prestando mucha atención, le pareció que esas palabras raras provenían del cuarto de sus padres. Se levantó, pegó su oreja a la puerta, pero un estrepitoso y familiar ronquido la lanzó de nuevo a su cama. 

Ventajas



Las palabras que ha aprendido por la noche, las olvida con el primer rayo de luz. Esta circunstancia, que en un primer momento me pareció enervante, tiene sus ventajas. Hoy lo he podido constatar cuando ella respondía a las preguntas del inspector, después de que hallasen la última víctima en el garaje.
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Durante el día somos una pareja envidiable.

jueves, 17 de marzo de 2016

El premio



Llamó pidiendo ayuda a mi puerta una mañana. Nos entendimos enseguida con la mirada. Ella necesitada un techo y comida; yo, después de terminar con Nadia, estaba solo.
Al principio, me alegró constatar que aprendía rápido. Luego, esa alegría se tornó sospecha y me puse a investigar: La pillé con un diccionario en la mano, abierto en la página de “auxilio”.
Si veo que su arrepentimiento es sincero, en premio, podrá volver a caminar libre por la casa. 
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lunes, 14 de marzo de 2016

Álvaro, sin acento y sin ele



Álvaro besa sonriente, al tiempo que las nombra, a cada una de las compañeras de patio de su abuela. Mientras recorre con sus carnosos labios las rugosas mejillas de las octogenarias, trata de adivinar el total de euros con los que verá aumentada su paga dominical.
En los servicios de la residencia se mira al espejo y, descubriendo en el fondo de sus ojos una incipiente avaricia, se sonroja. Rubor que el tintineo de las monedas en su bolsillo hará disipar antes de alcanzar la puerta de salida.





domingo, 6 de marzo de 2016

Demasiadas palabras



“Serán solo cien palabras, como máximo, en las que podrás presentarte ante los demás”, le había dicho Julián, que ya era un experimentado en el grupo. Así que cogió un folio en blanco y, después de poner su nombre y apellidos junto a su edad y lugar de residencia, todavía le quedaban ochenta palabras. Contó que era un parado de larga duración; que llevaba tiempo sin ver ni a su familia ni a sus amigos; que le parecía una verdadera faena que, ahora, se necesitara llave para abrir los contenedores de residuos orgánicos.

Al final, borró su nombre y apellidos; eran demasiadas palabras.    
                      
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