viernes, 15 de marzo de 2024

Miradas elocuentes

Para “J” el tiempo es un valioso tejido del que no puede desperdiciar ni una hebra. Comparte vivienda y precariedad con otras cinco personas en los extrarradios de la ciudad. Muy de mañana cruza deprisa un parque para coger puntual el primer autobús que llega al centro. En su bolso tintinean las numerosas llaves de los pisos que limpia. Sueña con el día en que una de esas llaves abra la puerta de “su casa”.

Para “V” el tiempo es un tedioso y pertinaz acompañante con el que únicamente comparte soledad. Saliendo de casa trata de darle la espalda.

“J” vuelve al barrio bien entrada la tarde. Últimamente viene observando la presencia de “V” en uno de los bancos del parque. Su estática silueta, recortada por las últimas luces del día, ha llamado su atención. Conforme se acerca, agita su bolso con disimulada intencionalidad. “V”, saliendo de su ensimismamiento, alza la cabeza. Se miran.

A partir de ese día la escena se repite una vez tras otra. Sus ojos se encuentran. Sus miradas, cada vez más prolongadas, conversan.

Hoy “J” se ha sentado junto a “V”. Al fin, hablan. Aunque, sorprendentemente, ya sabían mucho el uno del otro.


Imagen de Internet


Escrito por Juana Igarreta para ENTC - Propuesta: MAMIHLAPINATAPAI o entendimiento silencioso entre dos personas.

La ultima contraseña

Mailen,  Al Morir Intentó Hablar. La Antigua Palabra Indígena Nació Ahogada. Temblorosa, Antilaf Pudo Adivinarla Íntimamente.