lunes, 29 de agosto de 2022

En la calle

Los vecinos ya los identifican sin verlos. Se han convertido en parte del decorado de la noche. Como la luna. El indigente y su perro. El indigente, su perro y su gancho. El indigente, su perro, su gancho y su drama. Este último es el que pasa más desapercibido; porque un hombre que siempre tararea canciones de Frank Sinatra mientras hurga en la basura, da menos lástima que otros indigentes. Y te acostumbras a escucharlo noche tras noche un rato antes de que pasen los camiones de la recogida, como si fuera normal que la miseria tenga una agradable banda sonora.

A Mateo no le gustaban los animales, pero la calle le presentó a Sultán. Siempre revisan primero los contenedores del portal número 11. Mateo sabe que Maruja, la del quinto izquierda, tira muy a menudo alimentos recién caducados. De algo tienen que servir las antiguas juntas vecinales.





Relato finalista 

Una flor en la basura

Hace unas semanas llegó al vertedero y se lo disputa a las ratas, día a día. Por fin, «El tuerto» ha encontrado alguien a su altura. Pero hasta en el infierno brotan flores. Una niña de ojos azules aparece entre las tufaradas fétidas. Recoge latas acompañada de un perro flaco. «El tuerto» no la pierde de vista, pero el can lo ve venir y enseña los colmillos. Como respondiendo a una señal, los roedores le imitan y atacan como una jauría. De pronto se escucha un peculiar silbido y todos quedan paralizados. Es la niña. Después un lamento. Es «El tuerto» que se lame las heridas.

El perro tiene malas pulgas y comienza a ladrar desaforadamente. Las ratas salen en desbandada.



miércoles, 10 de agosto de 2022

Nudos en la garganta

  1. Aquella mañana neblinosa de diciembre Ángela halló balanceándose de la viga del sótano el cuerpo de un hombre. Al primer grito de horror al contemplar la tétrica escena, le siguió un segundo todavía más desgarrador al reconocer en aquel rostro desencajado y de ojos desmesuradamente abiertos a su tío Alfonso, desaparecido durante años. La mancha amarilla en el iris de su ojo izquierdo era inconfundible. Ella bien lo sabía, pues en más de una ocasión la tuvo que observar mucho más cerca de lo que hubiese querido. Paralizada, no pudo evitar que una sucesión vertiginosa de oscuros recuerdos se agolparan en su mente. Alfonso siempre fue un depredador de ilusiones. Si una presa escapaba al alcance de su elaborada estrategia de persuasión, siempre conseguía otra; así cayó en sus redes Aurora, la hermana pequeña de Ángela. Todavía peinaba dos preciosas trenzas rubias.

  2. Imagen de Internet

    Escrito por Juana Igarreta - Celebración de 10 años de ENTC 

Tema: Despedidas