jueves, 22 de septiembre de 2011

OBSERVACIONES DEL VIAJERO

No existen ciudades feas,

sólo hace falta mirarlas

con ojos de ver el alma,

interrogar a sus piedras,

y sentir dentro la fuerza

en esas noches de calma.




No existen ciudades feas,

aunque carezcan de plazas

de ésas que albergan leyendas

y murallas que nos datan

la presencia de los celtas.





No existen ciudades feas,

aunque ocultas en los mapas

no destaquen casi en nada,

pero, tal vez, eso sea

la razón que empuja a verlas.





No existen ciudades feas,

sí,  las hay disfrazadas

de "emblemática" belleza,

cual santuarios de la nada

brillante y acristalada.





No existen ciudades feas,

tan sólo miradas ciegas

incapaces de ver nada,

ni el blanco en las azoteas,

ni los azules al alba,

ni esas humildes callejas

que duermen para soñarlas.

Javier Igarreta Egúzkiza, 22/09/11.