viernes, 8 de diciembre de 2023

Desatino y destino

Cuántas veces, Don Julián, el profesor de Tecnología le repitió aquello de: “nunca llegarás a nada en la vida”. Bernardo ya era por entonces un muchacho engreído y pagado de sí mismo. Se tenía por muy listo y pensaba que, a nada que se dejara acariciar por la suerte, todo jugaría a su favor. Por simple inercia.

El paso del tiempo le fue consagrando como un cualificado don nadie, eso sí, con una gran capacidad para la amargura. Y, faltaría más, con un escogido elenco de culpables de su frustrado apogeo. Un día, súbitamente atacado por una sobredosis de sinceridad, ya no fue capaz de seguir alimentando su propia farsa. Inmune a cualquier sentimiento de autocompasión, sucumbió a un fatal impulso. Se encaramó al alféizar de la ventana, cerró los ojos y… “se acabó”, acertó a mascullar mientras caía.

Unos pisos más abajo, un edredón con aroma a lavanda se secaba al sol sobre el tendedero. Su providencial intercesión amortiguó la caída acogiendo en su cálida espuma un súbito amago de arrepentimiento. Pese a todo, el batacazo fue de órdago. Entre dentelladas de dolor y un difuso ramalazo, Bernardo apenas pudo albergar el estupor de sentirse vivo.


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Escrito por Javier Igarrreta para ENTC - Propuesta: Se acabó


sábado, 18 de noviembre de 2023

El heredero

El tío Martín irrumpió en nuestras vidas después de muerto y de treinta años sin verlo. Un martes de noviembre la voz llorosa de la tía Soledad, octogenaria y delicada de salud, nos pedía ayuda a través del hilo telefónico. Su último hermano vivo había fallecido repentinamente. Las escasas noticias que durante décadas nos llegaron de él fueron dibujando el perfil de un ser enigmático, en el que las palabras raro y solitario resaltaban en trazo más grueso.

Enfrentarnos al vaciado del ingente y variopinto contenido de la casa de aquel familiar fue, a la par que un trabajo ímprobo, desvelar de golpe toda una vida. Sus interminables colecciones de libros y música hablaban por él. Sus fotos más antiguas nos permitieron poner cara a algunos de nuestros ancestros a los que nunca habíamos visto. Pero fue su extensa correspondencia, sacando a la luz relaciones varias e insospechadas, la que nos permitió conocerlo más en profundidad.

No dimos con la copia del testamento del que la tía aseguraba le había hablado su hermano en más de una ocasión. Apareció sorpresivamente entre las manos de un apuesto cuarentón, réplica del tío Martín en sus mejores años.


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Escrito por Juana Igarreta para ENTC - propuesta: No moriré del todo



sábado, 28 de octubre de 2023

Romance

Hace tiempo que en mi pueblo ya no viven ni los muertos, un ciprés cortado en seco y unas tumbas en el suelo yacen como mudos restos del antiguo cementerio. Aún, cuando sopla el cierzo o ventisquea el invierno, se escuchan sordos lamentos, después se encarga el silencio de acogerlos en su seno.

Ya ni llegan los viajeros, olvidaron el trayecto o ellos mismos se perdieron en los recodos del tiempo. Hace poco unos rockeros, con Harleys de mil doscientos,  dieron allí con sus huesos tras un blues a ras del viento. Vestían chupas de cuero y fliparon cuando vieron por la noche fatuos fuegos danzando como esqueletos. Fingieron retar al miedo, por no tener que temerlo, y amparándose en un rezo se enredaron con un credo. Los ángeles del infierno a toda marcha se fueron,  con sus motos color negro y el prestigio por los suelos.

Sólo un viejo lugareño, quijote en su campo yermo, se hace el sueco pese al celo de un fondo buitre extranjero que ambiciona su terreno. Es muy pobre, casi ciego y con vicios muy modestos, lo suyo es contar en verso el devenir de su pueblo, para que quede el recuerdo.


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Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: La eternidad.





miércoles, 20 de septiembre de 2023

Armonía familiar

Cuando Rosalía se quedó embarazada inesperadamente, la noticia en la familia fue un mazazo. Carmen criticó duramente la conducta de su hija menor, tildándola de casquivana y desvergonzada, llegando incluso a decir que se alegraba de que el abuelo estuviera muerto, porque así se libraba de sufrir semejante deshonra en su propia casa. Más vale que Ángeles, siempre generosa con su hermana,  así como Juan, el buenazo de su marido, se encargaron  de quitar hierro al asunto, mostrando todo su apoyo a la futura madre soltera.

Hoy la familia está reunida en casa de la abuela, últimamente delicada de salud. Rosalía contempla a su madre, ¡cómo le gustaría hallar en su mirada un poco de comprensión! ¿Y si le contara de una vez la verdad?

Ángeles disfruta viendo jugar a Ángela, su pequeña, con Rosita, su sobrina. No hay primas en el mundo más unidas.

Juan, observando la armonía familiar, piensa en que a veces la ignorancia, con toda la mala prensa que lleva, es el estado óptimo al que pueden aspirar algunas personas para ser felices. Incluidas sus dos hijas.


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Escrito por Juana Igarreta para ENTC - Propuesta: Más vale tarde que nunca

Mano de santo

Sentada ante el tocador, Amelia examinaba, como cada noche, aquella manchita de aspecto zoomorfo que según el abuelo añadía personalidad a su cara. La crema que mamá había traído de Polonia no acababa de hacer honor a su milagrosa fama, y Amelia comenzaba a perder la fe. El abuelo solía decir que mezclar las creencias con la química podría acarrear efectos imprevisibles. Pero Amelia quiso dar un voto de confianza al producto. Antes de acostarse se aplicó una cantidad generosa de pomada, y masajeó religiosamente su problema. Con la vista fija en el espejo, contemplaba el incipiente declive de la tersura de su rostro. Ni siquiera se percató cuando fue absorbida por su propio reflejo. Una vez reducida a pura imagen y transferida al núcleo especular, quedó inmersa en un difuso limbo de azogue. Merced a la acción solidaria de antiguas miradas, cautivas en el lado oculto de la luna, se vio liberada de su original mancha. Una imprescindible vuelta de tuerca le permitió salir del trance, poniendo las cosas en su sitio.

Cuando su madre la vio surgir del cristal reflectante, monda y lironda, no se lo podía creer. El abuelo no paraba de hacerse cruces.


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Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: Más vale tarde que nunca

domingo, 20 de agosto de 2023

La promesa

Sonia y Juan nacieron a la vez de los vientres sincronizados de sus madres gemelas.

En el edificio que compartían era habitual escucharlos llorar al unísono, y que sus llantos entraran en bucle por efecto del contagio. Circunstancia que hizo que ambos desarrollaran una envidiable capacidad pulmonar.

Sumaban pocos pasos sus zapatos cuando decidieron hacer de la voz su juguete preferido. En un descampado próximo a su casa, sirviéndose de cartones y viejos trapos como decorado, improvisaron un teatro. En él descubrieron que imaginando ser otros eran más que nunca ellos mismos. Y allí, contando y cantando, prometieron que un día sus nombres compartirían aplausos.

Más tarde el movedizo escenario de la vida adulta separó abruptamente sus caminos. Mientras Sonia bendecida por la suerte recorría medio mundo, la enfermedad paralizaba las cuerdas vocales de Juan. Pero éste supo armonizar el sufrimiento con la música que llevaba dentro.

El día del estreno de una de las obras de Juan en el Teatro Principal de su ciudad natal, Sonia, ovacionada y emocionada, no pudo evitar recordar aquella promesa infantil.

Tras la exitosa función, el viento se encargó de acercar hasta la tumba de Juan el eco de un aplauso interminable.


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Escrito por Juana Mª Igarreta para ENTC - Propuesta: Si no encuentro el camino, haré uno.


jueves, 10 de agosto de 2023

Escarceos de artista

El nuevo inquilino, un presuntuoso artista en ciernes, sintió un repelús cuando al abrir el armario ropero se encontró ante una chirriante vulgaridad. ¿Qué diablos pintaba una percha de plástico entre la sensual calidez de las de madera? Incapaz de tolerar semejante atentado contra la estética, arrojó aquella birria a la basura. Pero al verla en el contenedor, descontextualizada y privada de su función, vislumbró en su aparente abandono ocultas sugerencias. Sin dudarlo la rescató. Al fin y al cabo los senderos del arte son harto caprichosos y conviene estar a la que salta. Enfrentado al “objet trouvé”, lo transformó mediante instintivos plegamientos y torsiones. Extrañada en su reciente otredad, la escultura resultante no acababa de decir nada.

Al caer la noche, salió de ronda el factor aleatorio. La oscuridad descubrió los puntos débiles de la forzada composición. La temperatura bajó progresivamente, incidiendo con frialdad en su precario equilibrio interno. Bastó una pequeña vibración para que la obra, surgida de una ocasional veleidad creativa, saltara por los aires. Rota su precaria coherencia, tendió a recuperar su forma primigenia. Aunque magullado, el resabiado utensilio volvió a su ser. Momentáneamente derrotado, el artista siguió colgado de la percha.


Composición de Javier Igarreta


Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: Si no encuentro el camino, haré uno.

sábado, 5 de agosto de 2023

Demasiado tarde

Aunque todavía nadie ha logrado verlo de cerca, su escurridiza presencia está generando gran inquietud en el pueblo, ocupando cada vez más espacio en la mente y vida de los lugareños. Los rumores no cesan: que si no está claro si es humano o se trata de una bestia, que si se oculta en las proximidades del río, que si lo han visto merodeando por las huertas al acercarse la noche…

Es tal la alarma generada entre los vecinos que han acordado que ningún menor salga solo a la calle, y que todas las puertas y ventanas estén permanentemente cerradas.

Ante lo insostenible de la situación, un grupo de avezados cazadores ha decidido por su cuenta salir en busca y captura de la peligrosa alimaña.

Todavía no ha amanecido cuando fray Tomás recoge su hatillo dispuesto a recuperar la confortabilidad del convento. Tras haber deambulado durante días de cueva en cueva, ninguna se acomoda a sus maltrechos huesos. Piensa que es demasiado tarde para emprender una vida de auténtico eremita. La bala en el pecho se lo confirma.




Escrito por Juana María Igarreta para ENTC - Propuesta: El hombre solitario es un dios o una bestia.

martes, 25 de julio de 2023

Divino marginal

Convencido de que conocerse a sí mismo podía resultar tan duro como la piedra del frontispicio del templo de Delfos, se sentó al borde del camino para ver pasar a la gente. Tal vez podría encontrar en los demás las claves de su propio carácter. Pronto se sintió sobrepasado por el discurso cansino de los pregoneros del constante fluir. Aquello era un no parar. Los traficantes de ideas peregrinas, siempre dialogantes y atrapados en su caverna, le sacaban de quicio. Lejos de ladrarles a la cara las verdades del barquero,  los ahuyentaba con gestos obscenos. Pero los que realmente agotaban su paciencia eran aquellos patéticos correveidiles que andaban por el ágora, enzarzados en peroratas interminables. Total para acabar en sistemáticas reducciones al absurdo. O en un círculo vicioso. Él se mofaba de sus verborreicas divagaciones, aunque no podía permitirse el lujo de hacer ascos a sus dádivas. Siempre con el gesto compungido del que acepta lo inevitable.

Al caer la noche daba gracias al Olimpo. Los dioses, con su mítica manga ancha, celebraban que pudiera ponerse a su altura. Y crear escuela.


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Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: El hombre solitario es una bestia o un dios



viernes, 7 de julio de 2023

Los ocho de Tadeo

 ¿Os habéis preguntado alguna vez cómo se ve Pamplona a cuatro metros de altura? Posiblemente no, pero es normal, vosotros no sois gigantes.  

Corría el año 1860 cuando Tadeo Amorena, en su casa de la calle Tornerías, hoy San Nicolás, tuvo una gran idea. Bueno, más bien una idea gigante; y gracias a él, hoy estamos aquí los ocho. Tadeo nos creó de un tamaño acorde a nuestro cometido que, en Pamplona y por San Fermín, requiere tener una gran altura de miras; mayor, incluso, que la del alcalde de turno. Éste, aun desfilando solemnemente con su séquito en Cuerpo de Ciudad, bien incline su bastón de mando hacia la derecha, bien lo haga hacia la izquierda, nunca logra despertar el clamor popular que levanta nuestra presencia en las calles. Nuestras imágenes cosmopolitas hechizan a niños y mayores, colmando de júbilo los corazones de pamploneses y visitantes, en total sintonía con el espíritu acogedor de estas fiestas.

Ha pasado más de siglo y medio desde aquellos sanfermines que nos vieron nacer. Si Tadeo levantara la cabeza, sus ojos de maestro pintor se desharían en lágrimas, viendo cómo sus ocho criaturas contribuyen a que la fama de las fiestas de su querida Pamplona sea… ¡GIGAAANTE!


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 Mi participación en el certamen de microrrelatos San Fermín 2023

domingo, 21 de mayo de 2023

Apagón

Si no has conocido a tu abuelo, pero has crecido escuchando su nombre siempre rodeado de un rosario de alabanzas que tu padre repite una y otra vez cual fervorosa oración, tu abuelo se convierte en la estrella que ilumina tus pasos. Y al no haberlo visto nunca, ni siquiera en fotografía, porque defendiendo sus ideales tuvo que abandonar precipitadamente su casa y su tierra, sientes cómo la historia de ese héroe familiar va tomando visos de leyenda.

En una ocasión alguien susurra a tu alrededor que el abuelo, para evitar riesgos, se vio obligado incluso a parapetarse tras otro nombre. Es entonces cuando su estrella comienza a titilar dentro de ti agitada por el misterio y la incertidumbre. Quieres saber más, pero tus interrogantes chocan contra un muro de silencio.

Hasta que un día tu padre cree ver al suyo en tu rostro y, en ese mar de confusión, te pregunta: “Papá, ¿qué nos han hecho los de la estrella amarilla?”.





Escrito por Juana Mº Igarreta para ENTC - Propuesta: "Este es el camino de las estrellas".

Estrellas fugaces

Matías sufrió idéntica alineación astral que otros niños de la posguerra. Evidentemente no nació con estrella. Su padre se eclipsó antes de conocerlo y, tras la prematura muerte de su madre, quedó al cargo del tío Guillermo. Aquel solterón, huraño y montaraz, escudriñaba constantemente el cielo. Para  vislumbrar el tiempo o sabe Dios qué. Con él aprendió a distinguir los diferentes pájaros y sus cantos, y a extasiarse ante el majestuoso evolucionar de las rapaces. Hasta el arte de volar cometas. Aquellos meses de felicidad hicieron más cruel su posterior ingreso en un orfanato. Años después salió de allí, rebelde contra todo. Su vida se convirtió en un continuo vagar por ambientes marginales. Para cuando Armstrong y Aldrin echaron por tierra el romanticismo del misterioso satélite, Matías había aprendido que su destino no dependía de los astros. Estando sumido en un agujero negro, lo reclamaron desde el pueblo. El tío Guillermo se debatía ajeno a todo, flotando en los últimos vestigios de sí mismo. Una noche de agosto, mientras miraban el firmamento estrellado, centelleó vertiginosa una perseida. El viejo, hasta entonces impasible, le miró con ojos acuosos, mientras repetía excitado: “¡Matías, la cometa, tensa la cuerda, tensa la cuerda!”.

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Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: "Este es el camino de las estrellas"

miércoles, 12 de abril de 2023

Cuerpo a cuerpo

Sin miedo a ser sorprendidos en flagrante redundancia, hacían el amor al amor de la lumbre. Su reverdecida pasión formaba un tándem perfecto con la reseca leña de encina. Las llamas devoraban la madera, cual hambrienta carcoma ígnea. Mientras las líneas de fuego dibujaban filigranas en ardiente clímax, un inoportuno desequilibrio en la fogata provocó el descabalgamiento de un tronco que, reducido a pura brasa, impactó en la base metálica del fogón. El ruido, casi estruendo en el silencio de la noche, tuvo la virtud de enmascarar la exagerada expresividad de los amantes. El abuelo, que dormía a pierna suelta despertó sobresaltado, a punto de conquistar el Gurugú. Irrumpiendo en la cocina, con calzoncillos largos y un gorro frigio, les arengó con ínfulas de mariscal de campo, calificando de arriesgadas sus fogosas maniobras. Obligados a un alto el fuego, optaron por una prudente retirada. Antes de que el abuelo se explayara contando su larga trayectoria bélica, hallaron en el desván una trinchera segura donde continuar su particular guerra de guerrillas. Un viejo catre y dos pesadas mantas palentinas fueron suficiente bagaje. Una vez ganada la posición dieron rienda suelta a su estrategia.


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Escrito por Javier Igarreta para ENTC . Propuesta: Amantes/Dementes



Frenesí

¿Quién puede esperar que en el mínimo espacio del botón de un ascensor germine la semilla de una pasión desaforada?

La casualidad hizo que dos índices chocaran al pulsar aquella pequeña esfera luminosa. Pegados a esos dedos estaban Arturo y Germán. Tras sendas disculpas intercambiaron miradas. Arturo, al observar a Germán, deseó quedarse a vivir en él; sus musculosos brazos se le antojaron firmes muros en los que guarecerse. Germán no pudo evitar ruborizarse ante aquellos escrutadores ojos negros.

Presos de esa pulsión propiciaron sus encuentros un día tras otro, descubriendo los recovecos más insospechados de aquel inmenso edificio de oficinas. Encapsulados en una suerte de escafandra de amor irracional se olvidaban de quiénes eran y dónde estaban; su estado civil, posición social y demás etiquetas convencionales se disolvían como pastillas efervescentes en medio de aquel frenesí.

Recobrada la calma, regresaban a sus puestos de trabajo que compartían en la misma empresa multinacional. Arturo era un alto directivo que gozaba de un enriquecedor presente; Germán, un becario que, bajo las órdenes de muchos Arturos, trataba de esquivar un empobrecedor futuro.


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Escrito por Juana Igarreta para ENTC - Propuesta: Amantes/Dementes



domingo, 2 de abril de 2023

Reencuentro fallido

Si Marian no estuviera empleada en la lavandería que se ocupa de la ropa del restaurante en el que trabaja Samuel, tampoco estaría ahora en el comedor del citado establecimiento, mientras una frase martillea su mente: “Sé que mi hermana se llama Marian y también fue dada en adopción”.

Si Samuel supiera que la persona que ocupa la última mesa es Marian, no tendría tanta prisa en firmar el finiquito.

Si Marian conociera que el camarero que en estos momentos abandona el restaurante llevó puesto el chaleco en cuyo bolsillo halló la nota, saldría corriendo para detenerlo y abrazarlo.

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Escrito por Juana Igarreta para ENTC - Concurso La Montañesuca

Ciego por las citas

 

  1. El inspector Davis acudió puntual y ansioso a la cita a ciegas. Al parecer, tener una doble vida le daba margen para jugársela. Al entregarle la carta, la camarera esbozó una sonrisa ambigua, que aliñó con una jugosa observación al oído. Aquello rebajó su sexto sentido al nivel de instinto primario. En todo caso, suficiente para calificar con notable alto el vinazo que acompañaba los entrantes. Para cuando llegó el asado la botella estaba exangüe y los ojos le hacían chiribitas. Convencido de que lo mejor estaba por llegar, aceptó tomar el postre en un reservado.

jueves, 16 de marzo de 2023

Secretos de cocina

Desde que he innovado la receta, el secreto ibérico es el plato más demandado en nuestro restaurante. Lo que me reconcome es tener que reconocer que el éxito se lo debo a Iván. Nunca en mi larga trayectoria en el mundo de la hostelería me había enfrentado a un camarero tan altivo y pretencioso. Hasta se permitió en una ocasión darme órdenes ante los comensales, olvidándose completamente de que el jefe soy yo; por no hablar de sus artes de seducción con las mujeres. Incluso a la mía la escuché decir: “Está para comérselo”. Tenía toda la razón.


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Escrito por Juana Mª Igarreta para ENTC - Concurso relato gourmet La Montañesuca

Cuestión de óptica

EL inspector Davis veía todo bajo una óptica particular.Un defecto visual le obligaba a usar gruesas gafas. Su deformación profesional reducía la realidad a mero escenario de crímenes. Sobre todo últimamente, con aquel huidizo asesino.

  1. Comiendo en su restaurante habitual, le enamoró la exquisita compostura del nuevo camarero. Además, alucinaba viéndole servir la mesa como un malabarista. Pero al observar cómo trinchaba el pollo asado, su calculada decisión y aquel gesto de rabia, se puso en guardia. La bajó cuando el camarero dejó el cuchillo y cambiando su rictus cortante en sonrisa al punto, dijo: Señor, su pollo.
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jueves, 23 de febrero de 2023

La desaparición de Aitana

Aquella apacible tarde otoñal el parque rezumaba algarabía. Los niños se disputaban los columpios como una camada de gatitos las mamas de su madre. Seguir los movimientos de cada pequeño tras el velo cegador del sol a la altura de los ojos era una auténtica proeza visual.

La desaparición de Aitana fue fruto de la habilidad de unas manos que, actuando al dictado de unos ojos vigilantes de otros ojos, los de la madre de la niña, se hicieron con la presa en unos fatales segundos de distracción. No fue casual que fuera Aitana la elegida: sus gritos imposibles la hacían más vulnerable.

Si el espejo del armario de luna del piso alquilado de Palmira pudiera poner palabras a los reflejos devueltos desde su pátina de azogue, hablaría de dos imágenes: la primera, de una mujer morena de planta erguida y  atractiva madurez; la segunda, de una afable anciana de cabello plateado que se pasa horas frente al armario practicando el lenguaje de signos. Dos aspectos para una misma mirada; y en el fondo de la misma, el obsesivo anhelo de ser madre.


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Escrito por Juana Mº Igarreta para ENTC - Propuesta: Las apariencias engañan