martes, 15 de febrero de 2022

Vuelta a la guerra fría


Hacía frío, mucho frío. Un frío glacial. Ni los más viejos del lugar recordaban rigores parecidos. Tampoco había constancia de registros comparables en la serie histórica. Lo que de verdad enfriaba la convivencia era la sensación térmica. Con sólo nombrarla se hacía difícil romper el hielo. Los saludos se convirtieron en un gélido protocolo en vías de extinción. Nadie podía pensar con frialdad ante la crudeza de la rasca. Pero aquel clima polar no pudo impedir que algo se resquebrajara en la frágil escarcha mental de Gonzalito. Tras salir de la escuela, se dirigió corriendo a la taberna y exclamó sudoroso: “Hace calor”. Y se quedó tan fresco. Un escalofrío se apoderó de los que echaban la partida. Dejando la jugada congelada, Demetrio, el padre de Gonzalito,  levantó la cabeza y, mirando fríamente al chaval, sentenció: “Este niño siempre tuvo la cabeza bastante calenturienta”. Fue toda una premonición. A la hora del noticiario, apareció en la pantalla el rostro radiante del hombre del tiempo. Empezó quitando hielo a la “terrible ola de frío”. Una vez caldeado el ambiente, trató de explicar la virulencia del fenómeno, achacándolo a la agresividad de un insidioso fake. Al parecer, procedente de Siberia.


Imagen de Internet



Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: El frío o/y los comienzos.

lunes, 7 de febrero de 2022

Helados

En la familia de Iván el frío era uno más. Aunque el padre durante el invierno achicaba la cocina con un murete de tablas para recoger mejor el calor de la lumbre, el resto de la casa era un témpano. Al niño, acostumbrado a las bajas temperaturas y llevado por el empuje de una incipiente curiosidad, la calle se le antojaba cálida en todas las estaciones. El primer helado que saboreó fue de agua congelada de la fuente. Le supo a gloria. Notar cómo se anestesia tu boca es todo un descubrimiento sensorial. Preso de este encantamiento lo repetía muchas veces, hasta que su tierna garganta se convertía en un rusiente terreno de juego cuyo dominio se disputaban a menudo entre unas irritadas amígdalas y unas inflamadas adenoides, momento en el que se requería la urgente intervención del doctor Simón para dar por finalizado el partido.

Fue en una de aquellas visitas cuando un hermoso carámbano, acuciado por un persistente abrazo de sol, se desprendió del alero del tejado impactando letalmente sobre la sesuda cabeza del joven galeno. Se quedaron helados. Sobre todo el corazón de Andrea, hermana mayor de Iván, que apenas unos momentos antes latía enardecido.


Imagen de Internet



Escrito por Juana garreta para ENTC - Propuesta: El frío o/y los comienzos