martes, 15 de febrero de 2022

Vuelta a la guerra fría


Hacía frío, mucho frío. Un frío glacial. Ni los más viejos del lugar recordaban rigores parecidos. Tampoco había constancia de registros comparables en la serie histórica. Lo que de verdad enfriaba la convivencia era la sensación térmica. Con sólo nombrarla se hacía difícil romper el hielo. Los saludos se convirtieron en un gélido protocolo en vías de extinción. Nadie podía pensar con frialdad ante la crudeza de la rasca. Pero aquel clima polar no pudo impedir que algo se resquebrajara en la frágil escarcha mental de Gonzalito. Tras salir de la escuela, se dirigió corriendo a la taberna y exclamó sudoroso: “Hace calor”. Y se quedó tan fresco. Un escalofrío se apoderó de los que echaban la partida. Dejando la jugada congelada, Demetrio, el padre de Gonzalito,  levantó la cabeza y, mirando fríamente al chaval, sentenció: “Este niño siempre tuvo la cabeza bastante calenturienta”. Fue toda una premonición. A la hora del noticiario, apareció en la pantalla el rostro radiante del hombre del tiempo. Empezó quitando hielo a la “terrible ola de frío”. Una vez caldeado el ambiente, trató de explicar la virulencia del fenómeno, achacándolo a la agresividad de un insidioso fake. Al parecer, procedente de Siberia.


Imagen de Internet



Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: El frío o/y los comienzos.

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