miércoles, 2 de marzo de 2022

Gigángel

Como cualquier niño de los nuestros desoyó los consejos de sus mayores. Miró a su alrededor y, viéndose libre de ojos vigilantes, cruzó aquel umbral prohibido y misterioso. Se dejó caer. Empapado de nubes aterrizó en un terreno boscoso. Había oscurecido. Alzó la mirada, ¡también desde este mundo se veía la luna brillar! Como cualquier niño que tiene todos los sueños por estrenar, más de una vez había imaginado volar hasta ella. Un resplandor que emergía tras la masa arbórea en la que se hallaba llamó su atención y se dirigió hacia él.


Begoña había reñido con su marido. Acodada en la ventana, no escuchó cuando Eduardo salió de casa; éste, muy dolido, decidió que pasaría la noche en el coche.

Súbitamente, entre los ojos de Begoña y el cielo se interpuso un descomunal brazo que señalaba la luna pareciéndola tocar. Gritó aterrada. Las ventanas de los sobresaltados vecinos se abrieron casi al unísono. Observaron perplejos cómo una gigantesca criatura se elevaba veloz ante ellos. No llegaron a percibir el objeto que escondía una de sus manos: un cochecito que había encontrado en la calle. Se encaprichó de aquel “juguete”, como cualquier niño de los nuestros.


Imagen de Internet


Escrito por Juana Igarreta para ENTC - propuesta: Ángeles y/o gigantes

4 comentarios:

  1. Juana, ese relato merece una continuación. Hay que saber que pasa con Eduardo...

    Buen intento. A ver si hay suerte.

    Un saludo.

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  2. Hola, Alfonso, jajaja, me temo que tendremos que esperar a que vuelva para que nos lo cuente él mismo. Muchísimas gracias por tu visita y palabras. Saludos.

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  3. Un gratísimo relato que se resiste a un final como dice Alfonso.

    He llegado un poco al azar a tu blog, a este rinconcito de amenos relatos quizás algo intruso y desde luego sin llamar, pido disculpas.

    Decir que la impresión es muy buena, que exhalan sensibilidad, emoción y verdad, algo tan necesario en estos tiempos donde la violencia y la pesadumbre nos tienen acongojados.

    Saludos de Teo.

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  4. Pues mil gracias por tu visita y amables palabras, Teo. Nos alegra saber que te llevas buena impresión de los micros. Y sí, la situación es terrible y tiene pinta de que va para largo. Saludos.

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