lunes, 21 de marzo de 2022

Frufrú

Posiblemente aquello no respondió a ninguna pulsión específica. O tal vez sí, quién sabe. El caso es que aquel día de invierno, mientras se hallaba refugiado como otras veces en el enorme armario de la alcoba de la abuela, comenzó a sacar viejas prendas tan estridentes como obsoletas. Nunca le había dado por ponerse ropa de mujer. Ni de broma. Sólo pensar que le podían ver. Pero aquella tarde, atraído por el variopinto colorido de las vestimentas, y quizás bajo el influjo del alcanfor, sintió la imperiosa curiosidad de verse así. Mientras se contoneaba ante el espejo con el vestido azul y ensayaba gestos cautivadores, su padre irrumpió de improviso y le congeló la sonrisa. Rudo y parco en el hablar, tenía una manera de mirar que lo decía todo. Sin embargo aquella vez su mirada estuvo acompañada con palabras especialmente duras.Tanto, que sus posibles veleidades quedaron drásticamente cauterizadas. Hasta años después. Cuando en la despedida de soltero lo disfrazaron de Lolita, se sintió renacer. Afortunadamente su pareja resultó ser un ángel. Y ya se sabe que los ángeles no tienen sexo.


Imagen de Internet

  Escrito por Javier Igarreta - Celebración 10 años de ENTC

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