domingo, 25 de julio de 2010

A UNA COLILLA


tu aspecto de anacoreta,
Colilla, presencia escueta,

cigarro venido a menos

dejado en el cenicero,

chupada tu alma secreta.

Colilla, cantar yo quiero,

tras corta vida repleta

de instantes de humo y de fuego.

Mas, ya pagas el despego

del que gozó de tu entrega,

tal vez, con alguién colega,

chupada hasta un punto extremo.

¿Recuerdas esos momentos

estrella en la larga espera,

al pie de aquella escalera,

brillando tu rojo intenso?

Jamás vi yo humo tan denso,

ni volutas tan coquetas,

casi eran como cometas,

puestas de matute en verso.

Precisamente,  yo pienso,

que te dió el carnet de muerta,

aquel que con ansia fiera

hablaba, con humo al viento.

Después, con desdén,  te observa,

sin pena, tan solo atento

a que,  al fin, cese tu aliento

y acabes ceniza yerta.

Javier Igarreta (19/07/2010

viernes, 23 de julio de 2010

TARDE DE TOROS Y TRUENOS




  Aciaga tarde aquélla; un toro cárdeno y cariavacado, justo de tranco y cobarde en varas, esperó el momento agazapado en tablas y cuando se abrió el cielo plomizo, se arrancó con violencia y arremetió contra un rayo de sol que, inocente, jugabacon la arena.

  El morlaco se enceló con la luz cegadora; fueron unos momentos dramáticos, hasta que rayo de sol consiguió zafarse de la obsesión fotocida del astado. En un instante, el cielo se cerró de nuevo y se tiñó de gris amenaza, que se cumplió en una tormenta épica. El toro olisqueaba el ambiente, cargado de electricidad, intentando cornear a los relámpagos. Cuando quisieron devolverlo a los corrales, hizo caso omiso de la presencia de los mansos.

 De pronto se iluminó el cielo y cayó un rayo, justo en el sitio donde asomaba una media estocada. La lengua de fuego besó el acero y atravesó la bravura del animal. Quedó muerto en el centro de la plaza, echando humo por la boca. El cielo enseñó un retazo de azul y los tendidos se volvieron blancos. El toro dió la vuelta al ruedo, con dos claveles rojos en el testuz y entró en el callejón entre la música, los aplausos y una fina lluvia.

Javier Igarreta, 15/07/2010.

domingo, 18 de julio de 2010

ESPUMA BLANCA




Por donde suben los toros

tras los mozos, de mañana,

poco después, un arroyo

de espuma, que fluye blanca,

arrastra el miedo pringoso.



Ese miedo que se palpa,

entre cánticos devotos

y ocasionales gimnastas,

que pelean por las fotos,

aunque pocos por las astas.



Pero la espuma hace un coro

de las angustias pasadas,

de los suspiros y ahogos,

de los nudos de garganta

y los recuerdos del toro.



¡Corre, corre, espuma blanca!

lleva hasta el río, con cloro,

restos de juerga trufada,

con el miedo y valor de unos

que se la juegan de cara.



¡Corre, corre, espuma blanca!

hasta el desagüe, que ansioso,

regurjita, sin templanza,

mito, alcohol y despojos

de una fiesta que se escapa.

Javier Igarreta Egúzkiza (13/07/2010)

viernes, 9 de julio de 2010

TIC-TAC


La cocina solitaria

en una tarde encendida,

y la tenaz maquinaria

del reloj, da por vencida

otra hora rutinaria.

Otra hora desprendida

de la incógnita del tiempo,

hecha factores de vida,

donde juega más lo incierto

que la certeza elegida.


Mas cuando el tiempo despide

ese tufillo a "ya muerto",

el tic-tac, quizás decida

dejar su ritmo  resuelto,

y su rutina cumplida.


En esta tarde encendida,

donde escucha solitaria,

su propio aliento, vencida

cada hora rutinaria,

por la máquina y la vida.

Javier Igarreta, 2/07/10

jueves, 1 de julio de 2010

PESQUISAS




Preguntad a las manzanas,

¿quiénes fueron los ladrones,

que forzaron las ventanas?



Preguntad a los rosales,

¿dónde estaban los fantasmas?

¡No salieron a asustarles!



Preguntad a las terrazas,

a los tiestos y jarrones,

¿cómo no vieron sus caras?



A los gatos y a las gatas,

negros, blancos y marrones,

preguntádles  ¿dónde estaban?



Si se muestran reservones,

disimulan o se callan,

olvidad hasta su nombre.



Si responden que fué al alba

de una noche de rumores,

preguntad ¿cómo sonaban ?



Pues si el viento es la amenaza,

y hechos de aire sus temores,

dadles puerta de esta casa,

que hagan sitio a los ratones,

a los bojes, a las hiedras,

a la herrumbre y los gorriones.

Javier Igarreta Egúzkiza