domingo, 25 de julio de 2010

A UNA COLILLA


tu aspecto de anacoreta,
Colilla, presencia escueta,

cigarro venido a menos

dejado en el cenicero,

chupada tu alma secreta.

Colilla, cantar yo quiero,

tras corta vida repleta

de instantes de humo y de fuego.

Mas, ya pagas el despego

del que gozó de tu entrega,

tal vez, con alguién colega,

chupada hasta un punto extremo.

¿Recuerdas esos momentos

estrella en la larga espera,

al pie de aquella escalera,

brillando tu rojo intenso?

Jamás vi yo humo tan denso,

ni volutas tan coquetas,

casi eran como cometas,

puestas de matute en verso.

Precisamente,  yo pienso,

que te dió el carnet de muerta,

aquel que con ansia fiera

hablaba, con humo al viento.

Después, con desdén,  te observa,

sin pena, tan solo atento

a que,  al fin, cese tu aliento

y acabes ceniza yerta.

Javier Igarreta (19/07/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario