lunes, 19 de noviembre de 2018

Disciplina espartana



Una vez más, Miguel secaba al sol su colchón mojado. Algunos tutores se reían cínicamente. Sería la última vez.

Cuando Miguel desapareció, lamentaron su excesiva melancolía y aquella maldita costumbre de aventurarse entre los acantilados. Todas las sospechas apuntaban hacia el mar, pero Miguel había puesto tierra de por medio.

Imagen de Internet

Escrito por Javier Igarreta para 

1 comentario:

  1. Siempre resulta por demás fácil engañar a quien cree saberlo todo.

    Saludos,

    J.

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