Sandra entregó a un laboratorio puntero las lágrimas de sus últimos llantos. Se las devolvieron etiquetadas: "Decepción", "dolor", "soledad", "rabia".
Cuando Marcos murió inesperadamente, esperó a que todos se fueran y lloró ante su tumba. Esta vez evitó guardar muestras para analizar. Si trascendían los resultados, podrían ponerla bajo sospecha.
Relato ganador del mes de septiembre en
Para algunas cosas el secreto sigue siendo la mejor opción, sino la única.
ResponderEliminarSaludos,
J.