domingo, 31 de julio de 2022

Pérdidas y hallazgos

Hace unos días perdí un libro del club de lectura en el parque. Buscándolo, me encontré a una desconocida que me ofreció su ayuda. Ella, acompasando su paso al mío, me dijo que hacía mucho había perdido un reloj en el mismo parque. Que era la única herencia recibida de su madre. Que su madre era muy pequeñita, pero que el vacío que había dejado era inversamente proporcional a su tamaño. También me contó que este año había fallecido su hermano y había tenido un nieto; que menos uno más uno no siempre es igual a cero.

Ayer tuvimos club de lectura. Habían devuelto el libro. En su interior, pegado junto al sello de la biblioteca, un pósit con estas escuetas palabras: “Gracias por escucharme”.
He vuelto al parque. Hoy lo he recorrido entero, pero no la he visto. Yo no había leído el libro. Ella, sí.

Imagen de Internet

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