martes, 12 de julio de 2022

Andoriña

Desde la víspera habían anunciado mala mar. Pero, después de días sin pesca, Gilberto Lobeiro, hijo de marinero y con parte de su árbol genealógico perdido en la Costa da Morte, había decidido salir a faenar.La expectación en la bocana era grande y todos hablaban de su proverbial arrojo. «Podría dar sopas con honda al mismísimo Neptuno», exageró alguien. El médico del pueblo, más comedido, terció mirando al horizonte embravecido: «Me da que para lidiar con este temporal hace falta algo más que mitología».

Gilberto Lobeiro no necesitó acudir a la retórica para convencer a dos viejos compañeros de fatigas. «Con él, hasta el infierno», decían exaltados. Y allá que se fueron. Nunca regresaron, pero de un tiempo a esta parte se han visto golondrinas revolando por el puerto. Dicen que anidan bajo el tejado de Gilberto.






No hay comentarios:

Publicar un comentario