domingo, 24 de julio de 2022

Mutontos

Rara vez llovía, pero aquella vez el río se salió de madre y duró como un embarazo. Tuvimos que renacer, sacando a flote aspectos olvidados en el fondo de nuestro ADN. Poco a poco, al oso cavernario más superficial le fueron estorbando capas protectoras, ya que al aumento del nivel de las aguas acompañaron una subida de temperaturas y la caída de los prejuicios. Todo el mundo se volvió sinuoso y resbaladizo. Y era fácil caer. En gracia, en la tentación, hasta en el ridículo. Pero nadie caía en la cuenta de que aquello era pasajero. Cuando las aguas volvieron a su cauce y el río se fue secando, sólo algunos Gabrielitos, elementos residuales de antiguas eras, podían vivir en los charcos. Pronto fueron acusados de haber provocado la sequía y, expuestos al sol, les decían de todo menos bonitos. Los Gabrielitos boqueaban y miraban hacia arriba esperando una tregua.




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Tema: Mutantes


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