jueves, 9 de junio de 2022

Malhadada


La última vez que escuchó aquéllo de «Érase una vez», el hada Brunilda voló rauda como alma que lleva el diablo. No quería ser absorbida por la atracción de un dejá vu. Lo notó en el repentino estremecimiento de sus alas de mariposa.

Desde que las palabras habían dejado de convocar a la magia alrededor del fuego nada era lo mismo. Las hadas se vieron obligadas a jugarse la vida, incluso a ras de suelo.

Brunilda llevaba varios años volando tras la estela de Melusina, la famosa «petrolera». Aquella mañana de mayo , un soplo de aire fresco la situó sobre el cielo de París. Presa de una gran excitación pudo ver las barricadas. Antes de que una bala perdida truncara su embrujo, Brunilda escuchó el eco de aquel grito: Imaginación al poder!

Malhadada, desde entonces vende lotería en la Gare de Montparnasse.

Fotos de Internet


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