Las besa con suma conciencia para no equivocarse cada una de
las estampas que celosamente guarda en su mesilla de noche: la de Santa
Apolonia, para que no le produzcan rechazo los nuevos implantes; la de Santa
Lucía, para que le permita distinguir, a través de la mirilla, qué tipo de
acompañante trae a su casa cada noche la turbia vecina de enfrente; la de San
Roque, para que le evite cruzarse por la escalera con los apestosos inquilinos
del tercero, de piel oscura, venidos vete a saber de dónde.
La estampa de San Antonio, ayer, la hizo trizas.
Imagen de internet |
¡Qué bueno, JUANA! Hace muchísimo que no pasaba a visitarte, y encontrarme con este micro de tan buena estampa- literalmente, jaja- me encantó.
ResponderEliminarUn gusto haberte leído.
Cariños,
Mariángeles
Pues celebro tu visita y que te haya gustado el micro, Mariángeles. Paso por tu blog ya. Un abrazo.
EliminarOtro "despojo" de los buenos.
ResponderEliminarUn abrazo
Así andamos despojándonos continuamente de algunas ideas, para "RECnovar" la imaginación. Otro abrazo para ti.
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