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| Foto de internet |
La sirena cautiva vomita pulpos de
siete patas en la taza del váter. El rudo pescador que la observa atónito,
asiéndola de su breve y escamada cintura, exclama: -¿Pero, qué haces? ¡Me vas a
atascar las cañerías! Al mismo tiempo, una brillante idea surge en su cabeza.
Todos los días al punto de la mañana, bajará a la sirena al fondo del mar amarrada
a una maroma, izándola al atardecer. Así tendrá garantizado el acopio de pulpos
de siete patas, mucho mejor cotizados en la lonja que los comunes de ocho.
Nunca hubiera pensado que una frágil sirena, en las que nunca creyó, le iba a
solucionar la vida en tiempos de crisis.
Mi aportaciónde esta semana a REC(Relatos en
Cadena de la SER)
Frase de inicio: La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza
del váter
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