Tenedor al pan: — No sé cómo puedes hacer migas con el
cuchillo, porque es de un cortante…
Pan al tenedor: — No todos vamos por la vida enseñando los
dientes.
Cuchillo al tenedor: —Cuando alguno se ponga chuleta, ya me
pedirás ayuda.
Cuchara al tenedor: —Mira que te gusta pinchar a todo el que
se te pone delante.
Tenedor a la cuchara: No, como tú, que te pasas las horas a
la sopa boba.
Plato: —Me estáis amargando con tanto discutir y ya bastantes
sinsabores me toca sufrir.
Vaso: — ¡Pues, anda que a mí!
Plato: —Pero si a ti te basta nada para desbordarte…
Vaso: —Eso me pasa por ser tan transparente y no ocultar
nunca lo que llevo dentro.
Servilleta: — ¿Pero qué comidillas os traéis? Si tuvieseis
que limpiar tantos rastros como yo…
Vaso a la servilleta: —Tú sí que eres una tía enrollada…
Plato al vaso (por lo
bajo): —No creas, a veces tiene mucha doblez.
Mantel a la mesa: —¿Estás escuchando? Me estoy quedando a
cuadros.
Mesa al mantel: —Mira que nos toca soportar... Más vale que los
dueños, con un par de cajones, siempre acaban poniendo orden.
Muy divertido el juego de palabras.
ResponderEliminarQuizá faltó el pan entre todos los intervinientes, seguro que con él la discusión hubiese tenido mucha "miga"....:-)
Me gustó.
Saludos.
Alfonso, hago referencia al pan en las dos primeras intervenciones. Quizás te has levantado de la mesa muy rápido. Muchísimas gracias por pasarte y comentar. Saludos.
EliminarCierto Juana, disculpa el despiste....
EliminarSaludos.
Un diálogo muy ocurrente y simpático.
EliminarUn abrazo, Juana