viernes, 13 de diciembre de 2019

Papiroflexia

“Aún recuerdo aquel beso que nos dimos en la boca del metro. Lástima que fuera el final de lo que pudo ser un buen principio. No hace mucho te encontré en un suplemento cultural, como figura emergente del arte efímero. Siempre fuiste aficionada a construir castillos en el aire. Mi vida sigue anclada en la rutina y en mis exiguas rentas. A veces me gano un extra paseando perros por Chamberí. Por supuesto con pedigrí. Por lo demás, sigo fiel a la música barroca y siempre que escucho a Bach, me acuerdo de ti.”


Como manera de exorcizar el aburrimiento, vertía de esta guisa recuerdos y vivencias que, aunque con vocación de carta encontraban su destino en la papelera. Pero aquel día, por arte de papiroflexia, las palabras se le fueron de las manos y surcaron el cielo azul, pasajeras de un avión de papel. Sin duda la nostalgia llegó a un acuerdo secreto con la distancia y el tiempo para que aquel ultraligero llegara raudo a Lisboa, para posarse en el suelo de la estación de Alfornelos, cuando aquella joven artista terminaba su perfomance al son de “Badinerie”.

Metro Lisboa - Línea azul


1 comentario:

  1. Las bocas de los metros han visto más besos que muchas otras bocas...

    Saludos,

    J.

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