miércoles, 18 de mayo de 2022

La sombra de la barbarie

Aquella mañana alguien esperaba en la entrada del Banco Sumitomo. Sentado en los escalones, tal vez consultaba la hora en su reloj Seiko, sin saber que estaba a punto de convertirse en una sombra.

Setenta y seis años después, su perfil se mantiene algo atenuado como un pétreo alegato contra la barbarie.
Kazumi era un niño pequeño cuando Little boy descargó su furia abrasadora sobre Hiroshima. Todavía conserva a flor de piel el estigma de aquel infierno. La fatídica mañana, su padre salió de casa para resolver diversos trámites. Jamás volvería a verlo. Sin embargo su recuerdo permanece imborrable en su memoria. Cada vez que pasa por el lugar donde el fogonazo atómico produjo la instantánea, Kazumi mantiene la mirada fija en la piedra como si quisiera hacer volver al protagonista de aquella escena.



Sombra humana grabada en piedra -  Bomba Hiroshima - Imagen de Internet


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