lunes, 18 de mayo de 2020

Palabras no dichas


En cada recoveco de la desvencijada casa duermen sus recuerdos. Y cuando despiertan, son flechas certeras que hostigan su cansado corazón. El carcomido suelo exhala roncos crujidos bajo sus trémulos pasos. Los parcheados cristales de las ventanas gotean turbios rayos de sol, suficientes para que sus ojos vidriosos imaginen verla pasar, y preguntarse cómo su lengua, avezada en discursos grandilocuentes, fue incapaz de estrenarse en esas dos sencillas palabras durante el tiempo que compartieron juntos. La vida, pletórica de su luminosidad en otro tiempo, hoy sufre su ausencia en un escenario de telón caído y definitivamente cerrado.
Imagen de Internet


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