sábado, 10 de agosto de 2019

Atanasio


No pudo encontrar la paz. De poco sirvieron sus denodados intentos como decano del gremio. El sector de las pompas fúnebres llevaba tiempo convulso por la competencia desleal. Atanasio, que tenía más de un cadáver en el armario, llegó a conseguir una pequeña fortuna con su negocio de lápidas. Pero la dilapidó.


El día en que cumplía cincuenta años, apenas vio la luz del sol. Tras recibir aquellas flores, perdió la conciencia en medio de un penetrante olor a almendras amargas. El forense dictaminó envenenamiento por inhalación de ácido cianhídrico. Atanasio se llevó a la tumba el misterio de los cinco tulipanes púrpura.


Imagen de Internet


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