Al
llegar el día sus sueños se desvanecen. Son los mismos ojos,
pero de vacuas miradas; los mismos labios, pero incapaces de ardientes besos;
los mismos brazos, pero huyendo de enredarse en apretados abrazos.
Cada noche, bajo el influjo de la misma luna,
volverán a prometerse, ilusos, un futuro
compartido.
Escrito por Juana Igarreta para
Escrito por Juana Igarreta para
No hay comentarios:
Publicar un comentario