Que a la luna el sol le enciende
no seré yo quien lo niegue,
como tampoco me cabe duda
de que al sol le pone la luna.
A la luna le presta el sol
su luz sin ningún reproche,
con tan solo una condición:
que haga el turno de noche.
- ¿Me quieres?, preguntó la luna
al sol en luminoso arranque.
- Yo siempre he querido a-marte.
Y ella se quedó con la duda.
Imágenes de Internet |
Me encantaron tus rimas con migas, Juana... ¡Me divertí mucho leyéndolas!
ResponderEliminarUn gusto haberte leído de nuevo.
Cariños,
Mariángeles
Mil gracias, Mariángeles, por pasarte y comentar. Me alegro mucho de que te hayas divertido. Te debo visita. Un abrazo
ResponderEliminarEstoy necesito inspiración, entonces yo navegué el Internet y encontré tu blog. Leí su artículo, y wow realmente me inspiro en absoluto. Gracias por compartir esta información interesante como
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y palabras. Saludos
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