lunes, 9 de septiembre de 2013

Un ángel aburrido



Un ángel, aburrido de la anodina paz celestial, escuchó la conversación de dos sabios recién llegados al paraíso. Hablaban sobre las ventajas de una buena lectura. Así que decidió descender por las noches a la tierra para ir leyendo algunas obras literarias.

Cada noche se colaba en una gran biblioteca y escogía un libro que leía hasta que el día empezaba a clarear.

En cada libro leído, y a modo de marcapáginas, colocaba una pluma que arrancaba de sus frondosas y sedosas alas blancas.

 
Foto: Juana Mª Igarreta (Escaparate de una tienda - Torun - Polonia)

Hasta que una fatídica madrugada no pudo regresar al cielo. Sus alas eran  frágiles, casi transparentes  y no aguantaban su peso. Tras múltiples intentos fallidos para remontar el vuelo cayó al suelo extenuado, quedándose profundamente dormido.

Ulises, el bibliotecario, llamado así porque su llegada al mundo fue toda una odisea, se encontró aquella mañana al serafín durmiente. Restregándose fuertemente los ojos, se le acercó con sigilo para no despertarlo. Acto seguido, recuperó el libro que todavía permanecía junto a sus esbeltas y delicadas manos: La Odisea, de Homero.

En sueños, ajeno a la realidad y bajo la mirada perpleja de Ulises,  el ángel volaba una vez más, como cada noche, de regreso a su Ítaca celeste.



Mi participación en ENTC - septiembre 2013 - Tema: "Volver"
http://estanochetecuento.blogspot.com.es/2013/09/sep62-un-angel-de-juana-m-igarreta.html






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