lunes, 31 de marzo de 2025

El que no corre, vuela

Aunque faltaba poco para cumplirse el plazo, se enteraron de que todavía podrían sortear los estrictos controles establecidos por el nuevo sátrapa. Al menos uno de ellos podía llegar a tiempo.

Pese a su aparatosa tara Ladislao confiaba en sus posibilidades. Siempre había sido capaz de abrirse paso con soltura. Con la verdad por delante y muleta en ristre movía a la gente a compasión, de manera que aquel hándicap tan notorio llegaba a convertirse en una ventaja. Más de una vez logró colarse de rondón en situaciones en que una prolongada espera hubiera supuesto cuando menos una exasperante pérdida de tiempo y quién sabe si un riesgo para su vida.

Sabiendo con quién se la jugaba Sebastián iba de sobrado, confiando sobre todo en sus dotes de consumado embaucador. Cuando llegó al último control estaba exhausto y sin argumentos. Un viejo compañero de fatigas reconvertido en policía de fronteras se la tenía guardada. Sabiendo de qué pie cojeaba le preparó una encerrona y tras pillarle en un traspiés lo detuvo. Al ver a Ladislao a salvo, alardeando de su cojera y con la muleta a guisa de trofeo, Sebastián masculló para sus adentros “¡Malditos refranes!”.


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Escrito por Javier Igarreta para ENTC - Propuesta: La mentira

domingo, 9 de marzo de 2025

Menú especial

(Propuesta 1)

Un joven entró acelerado en el comedor ocupando una de las mesas del fondo. Al ofrecerle la carta, le dijo a Luis, el camarero: “Ya sé lo que quiero. Lo primero, que confíe en mí. Después, consígame rápidamente un atuendo de cocinero, me están buscando y necesito salir camuflado del restaurante. Ah, que sea holgado, debo ocultar la pistola que llevo encima. Y por último, le ruego que acepte esta alianza en pago a su favor”.

Luis, atemorizado, le entregó el uniforme.

Leyendo la inscripción de la alianza, entendió el guasap de su madre apremiándolo a que la llamara urgentemente.



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(Propuesta 2)

Lucas emplataba los postres cuando recibió la noticia de la muerte de su abuelo. Pensando en lo poco que lo había visto últimamente, sintió una enorme tristeza. Aunque intentó sobreponerse rápidamente, no pudo evitar que un reguero de lágrimas cayera sobre uno de los flanes. Las prisas hicieron que en lugar de desecharlo acabara en la mesa de Mateo, un comensal de confianza.

Mateo, antes de marcharse, le dijo a Lucas que el flan le había sabido a gloria. Y Lucas, desconcertado, se preguntó cómo sería entonces el sabor de la pena.


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martes, 4 de marzo de 2025

Menú especial


Menú especial (1)

Cuando vio al minino subirse a la parra recordó que en situación parecida ella había hecho el ridículo. Pero viéndole comerse las uvas no pudo evitar que se le hiciera la boca agua. Más de una vez lo tuvo al alcance, pero nunca se decidió a hincarle el diente. Su dulzura le inspiraba ternura. Pero de pronto le resultaba apetecible. ¿A quién le amarga un dulce?

Dispuesta a no tropezar de nuevo en la misma parra, comenzó a trepar suprepticiamente. Con un sutil quiebro el gatito evitó convertirse en manjar. La zorra pagó cara su osadía. ¡Menú….do batacazo!


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Menú especial (2)

Su eminencia era amigo de la buena mesa pero un día de difuntos requería un ágape frugal. Su ánimo flaqueó ante unas «alcachofas al infierno». Excusándose por la «blasfemia» reconoció que estaban divinas. Sin tiempo para reponerse, sus fosas nasales detectaron en la olla podrida un atisbo del paraíso.
Y los postres? Oooooh, los postres!!!
Los «buñuelos de viento» estaban como para echarse a volar. ¿Qué decir de los «huesos de santo»? De muerte. Cómo colofón, un «tocino de cielo» sólo para bienaventurados . Renunció al café por excitante y al vinito dulce de las Camaldulenses por su fama de afrodisíaco.

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