domingo, 19 de agosto de 2018

Imperativo categórico


Tras varios meses "sine linea", la pluma se alojó entre sus dedos como un huésped apremiante y redactó mecánicamente aquella fatal misiva, dirigida "a quien corresponda". Después leyó detenidamente lo escrito de su puño y letra y, no teniendo nada que objetar, estampó su firma del calibre treinta y ocho.



Imagen de Internet



No hay comentarios:

Publicar un comentario