sábado, 1 de octubre de 2016

Leñadores



Decidieron hacer leña del árbol caído y no se anduvieron por las ramas. Cortaron por lo sano, a fin de cuentas era el árbol del ahorcado. Alguien dijo, con un nudo en la garganta: “Entre todos lo mataron y él solito se murió. Muerto el perro se acabó la rabia”.

 

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