jueves, 17 de marzo de 2016

El premio



Llamó pidiendo ayuda a mi puerta una mañana. Nos entendimos enseguida con la mirada. Ella necesitada un techo y comida; yo, después de terminar con Nadia, estaba solo.
Al principio, me alegró constatar que aprendía rápido. Luego, esa alegría se tornó sospecha y me puse a investigar: La pillé con un diccionario en la mano, abierto en la página de “auxilio”.
Si veo que su arrepentimiento es sincero, en premio, podrá volver a caminar libre por la casa. 
Imagen de Internet

No hay comentarios:

Publicar un comentario