miércoles, 4 de febrero de 2015

A veces se enciende



Cuando ocurre, presa de un fuerte instinto que perturba mi sueño, necesito buscarla a tientas en la oscuridad de la noche; y no paro hasta sentir la tibieza de su negra y satinada piel. Seguidamente, la libero de su elástico amarre y detecto la suave hendidura que presiono hasta lograr que se abra. Una vez abierta, cumplo mi deseo en su interior.

 


Atrapada entre las hojas de mi vieja libreta mora una nueva idea a salvo del olvido. Es la chispa de un futuro relato que se encendió en mi mente en el seno de la noche.




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