Luego, si se fijan,
acaban arrancando esa hilacha de su pantalón, en un gesto de atención llevada
hasta la extrema exquisitez. Todo debe estar perfecto. Una imagen vale más que
mil palabras. Esas palabras que, a don Cosme y a los otros, por culpa de las prisas
les niegan día a día, dejándolos sumidos
en un profundo pozo de silencio y soledad.
Es un alivio que las palabras no
salgan retratadas en la foto, porque de ser así la ausencia de ellas produciría
un gran vacío que daría mucho que hablar. Y todo debe estar perfecto.
Vaya Juana; has maquillado el silencio en el que se desenvuelve la historia para que apenas pueda verse al trasluz el trasfondo que hay detras de todo.
ResponderEliminarMuy buen texto, trabajado y con palabras muy bien llevadas en su doble sentido.
Acaba la temporada de REC, pero el verano da para muchas historias que seguro podré leerte por estos lares.
Un saludo.
No sé si estaremos muy lejos de lo que plantea este micro de "cienciaaflicción", Alfonso. Bueno para tomar conciencia y ver en qué podemos tomar parte para evitarlo. Saludos
EliminarLlega un momento en que la perfección es algo tan defectuoso...
ResponderEliminarUn saludo
JM
Bajo una aparente perfección se puede esconder una gran falta de humanidad. Gracias, Juan Manuel. Saludos
Eliminartienes un blog maravilloso
ResponderEliminarMil gracias por tu halagador comentario, MuCha. Visité el tuyo y me pareció interesantísimo. Volveré y te comentaré. Saludos
EliminarEn un mundo imperfecto donde vivimos no existe la perfección y aunque lo entendamos siempre habrá imperfecciones. Un micro que tiene un contenido de mucha profundidad. Un fuerte abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarSí, pero vivimos en un mundo en el que lo aparente está más valorado que lo real. Gracias, Sotirios, por comentar y otro abrazo para ti.
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