miércoles, 28 de mayo de 2014

LA ISLA DE LAS COSTURERAS




Al atardecer, la silueta de la gran ciudad emerge cegadora y titilante recortada en el horizonte. Edificios de diseño vanguardista, coronados de enormes y dinámicos letreros luminosos, anuncian importantes firmas comerciales, paradigmas de la modernidad y del progreso.

Imagen libre de Internet

Al atardecer, en los extrarradios de la gran ciudad, la puerta trasera de un falso almacén, tapadera de un taller de confección ilegal, va escupiendo un largo reguero humano. Son mujeres inmigrantes que durante interminables jornadas de trabajo, y bajo la mirada vigilante e inclemente de un capataz, galopan sobre sus máquinas cosedoras a un ritmo trepidante. Mujeres hacinadas en un sórdido sótano herméticamente cerrado. Aisladas no solo de la luz del día, aisladas del más mínimo rayo de esperanza.


Esta madrugada han llegado al taller dos nuevas mujeres. Mientras en la oficina, en un acto premeditado, la sensual Lucía se contonea ante los ojos lascivos del capataz, Isabel, en el taller,  observa y toma nota de las ínfimas condiciones laborales a las que están sometidas esas mujeres. Quiere contar al mundo que tras el refulgente éxito comercial de algunas grandes firmas se esconde un sombrío mar de injusticia, en cuyas aguas se ahogan los derechos y la dignidad de las personas.  

10 comentarios:

  1. Cuánto más brillante, más hay que esconder.
    Saludos!

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    1. Pues sí, las luces nos deslumbran y no nos dejan ver la realidad. Gracias por pasarte por aquí y comentar. Saludos

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  2. Que bien has ilustrado Juana lo escondida que tienen la puerta de la indignidad algunas compañias de éxito.

    Muchas suerte en el concurso.

    Saludos.

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    1. Sí, la verdad es que cada vez es más sabido que están proliferando este tipo de talleres ilegales en algunas grandes ciudades. Gracias por tu comentario, Alfonso. Saludos

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  3. Nos vestimos con la sangre de personas que sufren. Muy buena denuncia.
    Un saludo
    JM

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    1. Así es. Pero resulta ya muy difícil evitarlo, porque firmas cuya producción antes era nacional, ahora cuentan con mano de obra de fuera cuyas condiciones de trabajo no conocemos. Gracias, Juan Manuel. Saludos

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  4. Un texto-protesta que destapa la realidad. Suerte y beso!

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    1. Hola, Bea. Es fácil hablar de estos temas; lo difícil es hacer algo para cambiar la realidad. Gracias por tu visita. Besos

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  5. Hola, muchas gracias por tu visita, te mando un saludo desde Madrid

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  6. Gracias a ti también, María De Los Ángeles, por pasarte y comentar. Otro saludo desde Navarra.

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