miércoles, 16 de abril de 2014

El ascenso



Y regresé al cielo. Me habría gustado que mi estancia en la tierra hubiera sido mucho más larga, pero llevar replegadas las alas bajo la camisa me resultaba cada día más doloroso. Lo sentí especialmente por Marta, mi compañera de oficina,  que me había cogido un gran cariño y a menudo me decía: “Eres un ángel”.

Imagen libre de Internet

Supongo que mi jefe, que justamente me acababa de ascender de categoría reconociendo mi buen trabajo, se quedaría descolocado al leer la nota que dejé sobre la mesa de su despacho: “Me voy volando, si sigo aquí  más tiempo posiblemente no podré hacerlo nunca. Gracias por todo. Lucas”.

 

10 comentarios:

  1. Me ha encantado, Juana. Un ángel muy terrenal. Tal y como están las cosas, no creo que haya muchos por este mundo en el que nos movemos. Y debería. Mucha suerte y beso

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    1. Prefiero creer que todavía nos quedan ángeles alrededor. Creo que vivimos demasiado deprisa para sentirlos. Gracias, Bea, por pasarte. Otro beso.

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  2. Tener el bien sin poder desplegarlo es algo endiablado. Muy interesante, Juana.
    Un saludo
    JM

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    1. Sí, a veces no se dan las condiciones para que así sea. Gracias, Juan Manuel, por tus palabras. Saludos

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  3. Buen relato. Para un Angel debe ser traumatico vivir en este mundo loco.
    Besos

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    1. Bueno, supongo que tendrán más recursos que nosotros para estar por encima de muchas cosas. Muchas gracias, Josefa, por comentar. Besos

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  4. Me encantó, JUANA, este ángel tan sufriente que no puede darse a conocer ni ni aguanta vivir dolorosamente reprimido. Creo que lo más logrado del relato ha sido tu trabajo con el doble y hasta triple sentido de las frases, significan cosas diferentes dependiendo de quien las lea o escuche: el ángel, los otros personajes, o el lector.

    Sin dudas, un relato que merece el podio.

    Cariños, Mariángeles

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  5. Muchas gracias, Mariángeles, por tu generoso comentario. La fracesita del cielo me llevó directamente a un ángel y a jugar con el doble sentido de las palabras, un recurso nada original, pero que a veces me gusta utilizar. Un abrazo,

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  6. Buena apuesta Juana, un ángel cotidiano, con su rutina, su casi enamoramiento, su jefe, muy de aquí. Una pena que haya decidido irse.
    Abrazos

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  7. Sí, el pobre no podía aguantar más con las alas ocultas y dobladas. No me da ninguna pena que volase, Manuel.Con el paro que tenemos solo nos faltaban los ángeles ocupando puestos de trabajo. Gracias por pasarte. Abrazos

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