sábado, 1 de marzo de 2014

El reencuentro

Para celebrar el inesperado éxito de su primera novela, La asesina enmascarada, Marcos organizó una fiesta de carnaval con algunos antiguos compañeros de universidad.

La luna, semioculta tras un antifaz de nubes, presidía la noche. Marcos, vigilante desde una de las ventanas del ático, presenció la llegada al viejo caserón del último de los invitados. Todos vinieron por separado y debidamente ataviados para la ocasión, ciñéndose a las indicaciones del anfitrión.

 
Foto: Juana Mª Igarreta

La pista de baile se convirtió en un mosaico caleidoscópico al sonar los primeros compases de la música. Tal como estaba convenido bailarían a media luz y en absoluto silencio, siendo las siluetas y movimientos de los cuerpos de los bailarines las únicas claves para poder reconocerse. Marcos, mezclándose entre ellos, los fue contando y vio, sorprendido, que eran catorce, cuando solo trece habían confirmado la asistencia. Fue aproximándose a cada uno, afanado en conseguir una rápida identificación, y se quedó perplejo al observar que una de las máscaras, la de diseño más peculiar y sofisticado, era exacta a la que él había imaginado para la protagonista de su novela y que había intentado reproducir, sin conseguirlo, para ilustrar la portada. La enmascarada, sintiéndose observada, le dio la espalda.

2 comentarios:

  1. Me has dejado con el suspense de ver el desenlace del reencuentro.
    Afectuosos saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Incluso para mí sigue el suspense. Habrá que estar vigilantes. Gracias de nuevo, Armando, por pasarte. Saludos

      Eliminar