En la sección de perfumería de un conocido
supermercado apliqué en el reverso de mi muñeca, mediante el frasco probador, unas
gotitas de colonia masculina Emidio Tucci. En cuanto percibí aquel aroma
intenso y envolvente supe que había encontrado la respuesta al interrogante
sobre la marca del perfume utilizado por Luis, el cartero, que muchas veces había
surgido entre los compañeros de trabajo.
Cada vez que el cartero abría la
puerta de acceso a las oficinas, situadas en el primer piso del antiguo
edificio de la fábrica, una rotunda fragancia empujada por la corriente le antecedía subiendo las marmóreas escaleras.Y para cuando su figura desgarbada y
bonachona se hacía visible asomada tras el mostrador de madera, aquel olor penetrante
se había adueñado de cada rincón de la oficina, revolucionando inclemente
nuestras neuronas olfativas.
Cuando el cartero se iba, una vez
cumplida la rutina diaria de la entrega del correo, su olor continuaba entre
nosotros impregnando facturas y albaranes, disipándose muy lentamente al ritmo en
el que se desvanecen las horas.
Taller literario El fantasma de la glorieta - El olfato
Las facturas, si son perfumadas, deben ser menos facturas.
ResponderEliminarBeso!
Bueno, ya sabes que todo en exceso cansa. En este caso eran excesivas las facturas y el perfume. Gracias, Beatriz. Un beso.
EliminarAunque me gusta lo que has escrito me falta algo para que sea relato y no una descripción sin más. O el conflicto es tan solo averiguar la colonia. En fin, cosas mías.
ResponderEliminarPartiendo del sentido del olfato se trataba de contar algún recuerdo o evocación. Yo elegí el perfume y traté de plasmar estas sensaciones recordando la imagen de un cartero que iba siempre muy perfumado y dejaba huella en todos los sitios por los que pasaba. Además de repartir el correo, repartía aroma Emidio Tucci.
ResponderEliminarGracias por comentar, Javier. Saludos
Juana, vaya clase que tiene el cartero EMIDIO TUCCI no está mal, yo también utilizo colonia Sotirios. Quiere decir, mi propio olor la razón es que tengo un montón de obligaciones con la familia y jamás queda dinero para mí.La verdad es cundo algo huele bien da mucho gusto. Un fuerte abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarBueno, tampoco es ninguna obligación perfumarse. La verdad es que hay gente que abusa un poco de las colonias y va dejando rastro allá por donde van. Gracias, Sotirios, por pasarte y comentar. Otro abrazo para ti.
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