Ser y no ser,
ser un instante
contante y sonante,
con un eco que es ayer
y un atisbo que, insinuante,
aún dista mucho de ser.
Ser un ser, que apenas es
frágil cesura inquieta,
entre un antes y un después.
Ese instante que se fue,
que aún perdura en la memoria
o, tal vez, dejó de ser
mudo sin pena ni gloria,
ya no es ser, sólo su historia.
Tampoco tiene que ver
con el ser, lo que se espera
que suceda en el después,
porque el ser sólo es ahora,
ni anticipo ni demora,
un momento que atesora
todo y sólo lo que es.
Esos recuerdos del ser,
son como brillos de estrellas
que, a pesar de ser tan bellas,
ya no son, fueron ayer.
Y esa ilusión del después,
hace que el ser aparente
sea en verdad lo que siente,
porque el pasado así fue.
Javier Igarreta Egúzkiza, 11/11/2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario