PLEGARIA DE UN ATEO DE BAJA INTENSIDAD
Gloria a Dios en las alturas,
disputándole al ozono
los espacios de su trono,
compartiendo serias dudas,
sobre si apta es la espesura
esencial, por la que somos
justamente criaturas.
Gloria a Dios en las alturas,
con cantos bajos de tono,
entre chatarras a coro
de galácticas basuras,
que hasta al cielo mismo abruman
tantas órbitas de adorno
kitsch celeste, de alma absurda.
Gloria a Dios en las alturas,
si es capaz de ser, con todo,
pura esencia de su modo,
de ser mudo si van duras,
de callar si van maduras
y hacer mutis por el foro
cuando esperas una ayuda.
Javier Igarreta, 23/07/10
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