domingo, 18 de julio de 2010

ESPUMA BLANCA




Por donde suben los toros

tras los mozos, de mañana,

poco después, un arroyo

de espuma, que fluye blanca,

arrastra el miedo pringoso.



Ese miedo que se palpa,

entre cánticos devotos

y ocasionales gimnastas,

que pelean por las fotos,

aunque pocos por las astas.



Pero la espuma hace un coro

de las angustias pasadas,

de los suspiros y ahogos,

de los nudos de garganta

y los recuerdos del toro.



¡Corre, corre, espuma blanca!

lleva hasta el río, con cloro,

restos de juerga trufada,

con el miedo y valor de unos

que se la juegan de cara.



¡Corre, corre, espuma blanca!

hasta el desagüe, que ansioso,

regurjita, sin templanza,

mito, alcohol y despojos

de una fiesta que se escapa.

Javier Igarreta Egúzkiza (13/07/2010)

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